Descripción
Esta correa representa los 7 pecados Capitales
Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados, todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal. Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada. Tomás de Aquino.
Los vicios pueden ser catalogados según las virtudes a que se oponen, o también pueden ser referidos a los pecados capitales que la experiencia cristiana ha distinguido siguiendo a san Juan Casiano y a san Gregorio Magno (Mor. 31, 45). Son llamados capitales porque generan otros pecados, otros vicios. Son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula, la pereza.
Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 1866.
Esta correa ha sido concebida, diseñada y realizada por la artista multidisciplinar Xenia Grey a continuación, en palabras de ella, la motivación e interpretación de cada dibujo, concebido como individual e independiente.
Soberbia
La soberbia, el orgullo y la altivez son mortíferos para nuestro espíritu. Endurecen nuestro corazón y nos llevan a insensibilizarnos a lo que es verdadero. Nos vuelven hipócritas que solo buscan la belleza externa y apariencia de éxito. Lo que puede sonar o parecer hermoso o Satisfactorio, no es más que una máscara, una mentira tras la cual se esconde nuestro ego.
Lujuria
No codicies su hermosura, ni dejes que te cautive con sus párpados.
Porque la pasión de la carne, la pasión de los ojos, el deseo y la impureza, la arrogancia y la codicia es idolatría, no proviene del corazón y lleva a la ruina y la perdición.
Avaricia
Nos atrapa con sus garras, ciega la razón y agota la conciencia. Nos arrastra hacia un vacío interminable. Porque cuanto más tenemos - más queremos. Y cuanto más tenemos, menos nos satisface. Porque todos los frutos codiciados, todas las cosas exquisitas y espléndidas, los tesoros con maldad conseguidos, nunca son de provecho.
Pereza
Porque nada quieres escuchar, ni pronunciar, ni ver. La realidad te es indiferente y la afrontas con negligencia. No quieres profundizarte en lo más hondo del conocimiento ni elevar tu espíritu, no quieres pensar y si no piensas - subsistes, pero si no hay movimiento - no hay vida. Y en este estado te consumes sin ningún propósito y malgastas lo que te queda de tiempo.
Envidia
Cada día nos compramos y deseamos los bienes ajenos, logros ajenos, aptitudes y habilidades del otro. Los ansiamos con el odio y la irritación, nos consumimos en el afán de ser otro, tener lo que tiene, saber lo que sabe. A su vez que nuestros bienes, logros y aptitudes, que desperdiciamos, son deseados por alguien. Y así nos reflejamos unos en los otros olvidando lo que somos.
Gula
Ingerimos alimentos sin tener hambre, y bebemos en exceso sin sentir sed. Complacemos nuestro paladar con voracidad y de forma desmedida con el vicio de los sabores y manjares. Y pagamos graves consecuencias destruyendo el cuerpo y el alma.
Ira
En los momentos de desesperación y miedo, la pasión del alma despierta la indignación y enojo. El deseo de venganza, la furia y violencia. Esa fuerza destructora no conoce límite alguno y lleva a comentar acciones con efectos irreparables.
¿Os acordáis de la peli SEVEN, siete pecados, siete maneras de morir?.

